TU ROPA BLANCA, MÁS BLANCA
Consigue que tu ropa blanca, siga siendo blanca
Cuando nos compramos una prenda nueva no solo elegimos el modelo, también tenemos en cuenta el color que mejor nos sienta. En verano los colores claros son los más adecuados para repeler la luz del sol e intentar que el calor no se apodere de nosotros.
El color por excelencia de esta estación es el blanco. El problema es que puede ponerse feo con el tiempo y amarillear o quedarse gris. ¿Cómo podemos conseguir que la ropa blanca siga siendo blanca?
Por qué no se mantiene el color
Es posible conseguir blanquear una prenda de nuevo, pero es aconsejable que primero averigüemos la causa para intentar que no vuelva a ocurrir. Podemos devolver a la ropa su blanco natural, pero si no sabemos el motivo por el cual se ha estropeado, volverá a pasar.
Normalmente, si guardamos una prenda durante mucho tiempo, cuando nos la queremos poner de nuevo está amarillenta o tiene manchas.
Otros motivos derivan de los lavados. Si juntamos la ropa blanca con otra de color, puede teñirse. Si las prendas claras no se enjuagan bien, también pueden afearse. Además, si vivimos en una zona donde el agua es “dura”, es decir, que tiene mucha cal, pueden quedar residuos tras el lavado y volver la ropa grisácea.
Qué hacer para que la ropa blanca siga siendo blanca
No hay por qué preocuparse, es posible recuperar el blanco impoluto de esa blusa que tanto te gusta o de ese vestido ibicenco que te pones cada verano.
Lo más rápido es comprar un producto de lavado especial para esta tarea o poner a remojo la prenda en lejía. Pero estas soluciones pueden no ser del todo eficaces, ya que son métodos agresivos que pueden dañar la ropa, sobre todo si se trata de telas ecológicas.
El agua oxigenada tiene un alto poder blanqueante. Si nuestra prenda ha adquirido un color que no es su blanco natural, podemos mezclar este producto con agua corriente y poner la ropa a remojo. Si se trata solo algunas manchas, podemos aplicar el agua oxigenada directamente y luego lavar la ropa de forma normal.
Otro de los remedios caseros más conocidos es el de utilizar limón. Solo hay que exprimir dos limones y mezclar el jugo con un puñado de sal y agua. Después de sumergir la prenda durante, mínimo, una hora, tendrás que dejar que se seque al sol y volver a lavarla como de costumbre.
También existe un truco que, aunque no sirve exactamente para blanquear, sí que evita ese color amarillento y grisáceo en la ropa blanca. Como hemos dicho, el agua con cal puede ser perjudicial, pero si añadimos bicarbonato durante el lavado, neutralizará su efecto y no dañará la ropa.
¿Que otros trucos conoces para conseguir que la ropa blanca siga siendo blanca?